En los primeros tiempos de la fotografía, algunas personas temían que aquellos nuevos aparatos se llevaran su alma además de su imagen: si veo mi cuerpo en un papel y yo estoy aquí, pensando, ¿dónde está mi alma?..
No sabemos si con los robados capturamos el alma pero sí que capturamos la fugacidad del instante, los sentimientos de otros, la incongruencia de la realidad, la paz del que descansa, la alegría de la juventud... en los momentos en que las personas a las que les robamos su imagen ni siquieran saben lo que expresan.

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