sábado, 22 de octubre de 2011

Los deseos de las hadas


Hace pocos días uno de nuestros compañeros tuvo una niña preciosa! Como sorpresa, todas las hadas y el gran hado del reino de I ♥ l'Atelier, se reunieron para concederle sus mejores deseos en forma de fotografías, juntaron sus varitas y apareció un gran libro lleno de ellos.

"Érase una vez un país muy lejaaano, muy lejaaano. Bueno, no tanto, realmente era aquí al ladito. El rey de ese país era una persona muy simpática, generosa y alegre. Y la reina, qué os puedo contar de la reina, era todo dulzura y bondad, por no hablar de su hermosura. Tenían un príncipe valeroso y alegre que los hacía muy felices. Los tres eran unos artistas con la cámara de fotos en la mano. Sus obras eran conocidas y apreciadas en muchos kilómetros a la redonda.

Llegó un momento en que quisieron para su príncipe una pequeña hermana princesa y, como ocurre muchas veces, ese deseo se hizo realidad. Coincidió que por aquellos días en que la princesa estaba a punto de llegar, se convocó en la capital del país un congreso de hadas madrinas (bueno, algún hado padrino había también). Y vaya, qué casualidad, resulta que los reunidos, además de buenos amigos de los reyes, eran todos fotógrafos. Estos personajes de cuento, ya se sabe, están siempre discurriendo ideas mágicas, haciendo que le ocurran cosas buenas a todo el mundo. Enseguida decidieron que aquella niñita y su familia serían sus protegidos a partir de ese momento y se pusieron manos a la obra. En un periquete tuvieron preparado un carro lleno de dones, que rápidamente salió con destino al palacio. Los mensajeros corrieron, pues era deseo de las hadas y de los hados que nada le faltase a la niña desde el momento mismo de su nacimiento.

Y así fue como esta pequeña princesa nació rodeada de promesas de felicidad. Al abrir el envoltorio de su regalo, todos los dones enviados cubrieron su cunita. Las varitas mágicas se agitaban sobre ella. Plin, sonaba cada toque de varita. Plin, salud. Plin, sabiduría. Plin, belleza. Y así hasta acabarlos todos. Plin, plin, plin. Y sus papás se miraron contentos y supieron que a partir de aquel momento nada malo le podía ocurrir a su niña ni a su linda familia.

Y colorín colorado, este cuento de hadas madrinas (¡y de hados!) se ha acabado."


Alba


De izquierda a derecha:

La portada del libro, con todas nuestras varitas juntas, hecha por Azul Cobalto:

Para Alba !!

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